La edificación del palacio se extendió a lo largo de siete años, en los que se fueron añadiendo anexos de manera sucesiva. Una vez terminado constaba de más de 20 edificaciones y dos grandes plazas abiertas que se empleaban para festejos y rodeado de una gran extensión de jardines y estanques.
Realizado con materiales baratos como ladrillo para los muros, madera para los forjados y pizarra en los chapiteles que remataban las torres.
Los jardines del palacio del Buen Retiro fueron abiertos al público durante el reinado de Carlos III.
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